Relación entre los humanos y los kachinas
Los indios hopi, en Arizona, afirman que sus antepasados fueron visitados por personas que se desplazaban en escudos volantes y dominaban el arte de cortar y transportar enormes bloques de piedra, así como de construir túneles e instalaciones subterráneas.
Los indios hopi, en Arizona, afirman que sus antepasados fueron visitados por personas que se desplazaban en escudos volantes y dominaban el arte de cortar y transportar enormes bloques de piedra, así como de construir túneles e instalaciones subterráneas.
De acuerdo con la tradición Hopi, la historia de la
Humanidad está dividida en períodos que ellos denominan «mundos», los cuales
están separados entre sí por terribles catástrofes naturales:
1. el primer mundo sucumbió por el fuego,
2. el segundo por el hielo
3. y el tercero por el agua. La memoria tribal de los hopi se remonta a la época del tercer mundo, cuyo nombre era Kasskara. Este era el nombre, en realidad, de un inmenso continente situado en el actual emplazamiento del océano Pacífico. Pero Kasskara no era la única tierra habitada. Existía también el «país del Este». Y los habitantes de este país tenían el mismo origen que los de Kasskara.Repentinamente, el «país del Este» desapareció por alguna causa desconocida bajo las aguas del océano, y también Kasskara comenzó a hundirse paulatinamente.
La Ciudad Roja: Palenque
Túneles e instalaciones subterráneas
Tras haber recogido toda la información que le ha sido posible sobre los kachinas, Blumrich llega a las siguientes conclusiones sobre estos seres que, sin ser considerados en ningún momento como divinidades —y esto es importante—, se sitúan en el plano cósmico de injerencia directa en el quehacer humano: tenían cuerpo físico, tenían apariencia de hombres, en muchos aspectos se comportaban como hombres, pero disponían de unos conocimientos muy superiores a los propios hombres.
LOS MENSAJEROS DE LOS DIOSES
1. el primer mundo sucumbió por el fuego,
2. el segundo por el hielo
3. y el tercero por el agua. La memoria tribal de los hopi se remonta a la época del tercer mundo, cuyo nombre era Kasskara. Este era el nombre, en realidad, de un inmenso continente situado en el actual emplazamiento del océano Pacífico. Pero Kasskara no era la única tierra habitada. Existía también el «país del Este». Y los habitantes de este país tenían el mismo origen que los de Kasskara.Repentinamente, el «país del Este» desapareció por alguna causa desconocida bajo las aguas del océano, y también Kasskara comenzó a hundirse paulatinamente.
En este momento, los kachinas ayudaron a los elejidos a
trasladarse a nuevas tierras. Este hecho marcó el fin del tercer mundo y el
comienzo del cuarto.
4. Actualmente vivimos en el cuarto mundo. Y en total, la Humanidad deberá
recorrer siete.
Es preciso aclarar que, desde el primer mundo, los humanos
estaban en contacto con los kachinas, palabra que puede traducirse por
«venerables sabios».
Se trataba de seres visibles, de apariencia humana, que nunca fueron tomados por dioses sino solamente como seres de conocimientos y potencial superiores a los de ellos.
Eran capaces de trasladarse por el aire a velocidades gigantescas, y de aterrizar en cualquier lugar. Dado que se trataba de seres corpóreos, precisaban para estos desplazamientos de unos artefactos voladores, unos «escudos voladores» —al igual que en las crónicas romanas, al igual que en las crónicas de Carlomagno— que recibían diversos nombres.
Se trataba de seres visibles, de apariencia humana, que nunca fueron tomados por dioses sino solamente como seres de conocimientos y potencial superiores a los de ellos.
Eran capaces de trasladarse por el aire a velocidades gigantescas, y de aterrizar en cualquier lugar. Dado que se trataba de seres corpóreos, precisaban para estos desplazamientos de unos artefactos voladores, unos «escudos voladores» —al igual que en las crónicas romanas, al igual que en las crónicas de Carlomagno— que recibían diversos nombres.
La población, de acuerdo con el recuerdo tradicional de los
hopi, llegó a la nueva tierra por tres caminos diferentes:
- Los seleccionados para recorrerla, inspeccionarla y prepararla, fueron llevados allí por aire, a bordo de los escudos de los kachinas.
- El gran resto de la población tuvo que salvar la enorme distancia a bordo de barcas. Y cuenta la tradición que este viaje se efectuó a lo largo de un rosario de islas que, en dirección NE, se extendían desde las tierras de la actual América del Sur.
- Los seleccionados para recorrerla, inspeccionarla y prepararla, fueron llevados allí por aire, a bordo de los escudos de los kachinas.
- El gran resto de la población tuvo que salvar la enorme distancia a bordo de barcas. Y cuenta la tradición que este viaje se efectuó a lo largo de un rosario de islas que, en dirección NE, se extendían desde las tierras de la actual América del Sur.
La nueva tierra recibió el nombre de Tautoma, que viene a
significar «la tocada por el rayo». Tautoma fue también el nombre de la primera
ciudad que erigieron, a orillas de un gran lago. De acuerdo con los conocimientos
actuales, Tautoma se identifica con Tiahuanaco, mientras que el lago
corresponde al Titicaca, en la frontera actual de Perú con Bolivia.
Posteriormente, un cataclismo convulsionó a la ciudad,
destruyéndola, motivo por el cual la población se fue desperdigando por todo el
continente. Durante un largo período de tiempo estos hombres procedentes del
Pacífico se fueron repartiendo en grupos y clanes por los dos subcontinentes.
Algunos de estos clanes iban en compañía de los kachinas, quienes a menudo
intervinieron para ayudarles.
DE LA SELVA Sudamericana A LA PARED DE HIELO LAURENTINO
Los hopi formaban parte del grupo de tribus que emigraron en
dirección Norte, y sus leyendas recuerdan un período en el que atravesaron una
calurosa selva, y un período en el que se toparon con una «pared de hielo» que
les impidió el avance hacia el norte, y les obligó a volver atrás.
El ingeniero Josef F. Blumrich, comentando lo sorprendentes
que pueden llegar a parecer algunas de estas tradiciones, recuerda que todavía
hoy en día siguen vivas a través de diversas ceremonias.
La Ciudad Roja: Palenque
Mucho tiempo después de estas migraciones todavía había
clanes que seguían conservando las antiquísimas doctrinas. Estos clanes se
reunieron y construyeron una ciudad «de importancia trascendental, que recibió
el nombre de "la ciudad roja"», a la que se identifica con Palenque,
en el Yucatán mexicano. En dicha ciudad fue establecida la escuela del aprendizaje,
cuya influencia todavía puede descubrirse en algunos hopi.
Los maestros de dicha escuela eran los kachinas, y la
materia de enseñanza estaba compuesta esencialmente por cuatro apartados:
1. Historia de los clanes;
2. La naturaleza, las plantas y los animales;
3. El hombre, su estructura y su función física y psíquica;
4. El cosmos y su relación con el hacedor.
1. Historia de los clanes;
2. La naturaleza, las plantas y los animales;
3. El hombre, su estructura y su función física y psíquica;
4. El cosmos y su relación con el hacedor.
Tras un posterior período de numerosos enfrentamientos entre
las ciudades establecidas en el Yucatán, sus habitantes abandonaron la zona y
reemprendieron la migración hacia el Norte. Durante aquella turbulenta época
los kachinas abandonaron la Tierra.
Los pocos clanes que han seguido manteniendo vivo el antiguo saber se juntaron más tarde en Oreibi, siendo ésta la razón de la especial importancia de este lugar.
Los pocos clanes que han seguido manteniendo vivo el antiguo saber se juntaron más tarde en Oreibi, siendo ésta la razón de la especial importancia de este lugar.
Túneles e instalaciones subterráneas
Tras haber recogido toda la información que le ha sido posible sobre los kachinas, Blumrich llega a las siguientes conclusiones sobre estos seres que, sin ser considerados en ningún momento como divinidades —y esto es importante—, se sitúan en el plano cósmico de injerencia directa en el quehacer humano: tenían cuerpo físico, tenían apariencia de hombres, en muchos aspectos se comportaban como hombres, pero disponían de unos conocimientos muy superiores a los propios hombres.
Poseían artefactos voladores, y un enigmático escudo que
rechazaba a los proyectiles enemigos a elevada altura. Eran además capaces de
engendrar niños en las mujeres sin mediar contacto sexual. A todo ello hay que
sumar las habilidades que los humanos aprendieron de los kachinas, la más
importante de las cuales fuera quizás el corte y transporte de enormes bloques
de piedra y, en relación con ello, la construcción de túneles y de
instalaciones subterráneas.
LOS MENSAJEROS DE LOS DIOSES
Además de lo que afirma Blumrich con referencia a los hopi,
que él estudió en profundidad, podemos corroborar algunas de sus constataciones
observando las costumbres de sus inmediatos vecinos, los indios zuñi y pueblo,
que junto con los hopi forman el grupo de pueblos agricultores de la actual
Arizona.
Así, por ejemplo, los zuñi, cuyos templos son cámaras
ceremoniales subterráneas, conservan el culto de la serpiente emplumada como
deidad celeste, lo que indica el origen mexicano de ciertos elementos de su
religión al enlazar directamente con la imagen y culto de Quetzalcóatl
(identificado con Kukulkán y Gucumatz) que fue también serpiente emplumada y
voladora, corroborando así en cierta forma las narraciones de los hopi que
afirman haberse establecido durante un tiempo en el área del Yucatán.
Los mismos zuñi rinden igualmente culto a los katchinas,
para ellos mensajeros e intermediarios entre las deidades del cielo y el ser
humano. Con lo cual se identifican prácticamente con los seres —emisarios o
mensajeros de la divinidad— que en los textos bíblicos actúan bajo el concepto
de ángeles.
Otro dato curioso es que este grupo de indios pueblos
practican el arte de la pintura en seco, de arena o de polen, frente a sus
altares, para las ceremonias religiosas. El origen de este arte es desconocido,
y el mismo es practicado igualmente en el Tibet y entre algunas tribus de
Australia.
TECNOLOGÍA PUNTA
Pero regresemos a las observaciones que efectúa Josef F.
Blumrich, sin perder de vista al hacerlo que se trata de las observaciones de
un ingeniero con cargo de directivo de la NASA.
Afirma que los hopi cuentan que los escudos voladores de los
katchinas se desplazaban a enormes velocidades gracias al impulso de una
«fuerza magnética». En relación con ello, argumenta Blumrich que ni los hopi ni
nosotros sabemos de qué se trata concretamente. Y que nosotros, por ejemplo,
todavía no sabemos qué es realmente la gravitación. El día en que logremos
descifrar este enigma, existirá la posibilidad de que incluso nosotros podamos
volar sin limitación alguna.
Cabe recordar sin embargo —volviendo a lo que afirman los
hopi— que Jonathan Swift vertió en su obra Los viajes de Gulliver datos
astronómicos correctos acerca de los satélites de Marte, que nadie en su época
podía conocer y que no fueron corroborados por nuestros astrónomos hasta 150
años más tarde. Swift le hace decir a Gulliver —personaje central de esta obra—
que estos datos se los comunicaron los tripulantes de un artefacto volante
circular y resplandeciente (como los «escudos» de los katchinas) governado a
voluntad por estos tripulantes recurriendo al magnetismo. La fuerza magnética
por lo tanto que afirman los hopi que servía para desplazar a sus escudos
voladores.
En cuanto al escudo capaz de hacer explosionar los
proyectiles enemigos en el aire, recurda Blumrich que los rusos estaban
desarrollando hace ya años unos haces de protones capaces de destruir a los
cohetes en pleno vuelo, mientras que en los Estados Unidos se estaban
realizando ensayos con rayos de electrones parecidos, que tienen esta misma
capacidad.
Andreas FABER-KAISER, 1992.
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