Este friso es una promesa o juramento de que vamos a mantenernos firmes y fieles al Gran Espíritu, y bajo su mandato vamos a preservar y hacer avanzar el orden de la organización.
El Gran Espíritu nos concedió la facultad del pensamiento para que comprendamos y acatemos sus órdenes en tanto a los animales los sujetó al instinto automático.
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