Kalasasaya es un campo del cielo, de 137 por 122 metros. El eje de la estructura
es Este-Oeste. A lo largo de este eje hay varias piedras con
tallas específicas para indicar posiciones específicas del Sol (como en Stonehenge entre tántos otros monumentos astronómicos).
Particularmente interesantes para Posnansky resultaron once pilares erigidos junto a la terraza y que sobresalen del centro del muro occidental.
Las medidas
que hizo de las líneas de visión a lo largo de las piedras de observación
específicamente situadas, la orientación de la estructura y las ligeras e
intencionadas desviaciones con respecto a los puntos cardinales, le
convencieron de que el Kalasasaya lo construyó un pueblo con conocimientos
astronómicos ultramodernos, para fijar con precisión los equinoccios y los
solsticios.
Al medir la distancia y los
ángulos entre los dos puntos solsticiales, se dio cuenta de que la inclinación
de la Tierra con respecto al Sol, en la cual se basaban los aspectos
astronómicos del Kalasasaya, no se conformaba a los 23,5° de nuestra era
actual.
Descubrió
que la inclinación de la eclíptica, que es el término científico, para la
orientación de las líneas de visión astronómicas del Kalasasaya era de 23° 8'
48". Basándose en las fórmulas determinadas por los astrónomos de la
Conferencia Internacional de Efemérides en París, en 1911, que tiene en cuenta
la posición geográfica y la elevación del lugar, ¡significaba que el Kalasasaya
se había construido hacia el 15.000 a.C!
Intrigados
por los descubrimientos de Posnansky, la Comisión Astronómica Alemana envió una
expedición a Perú y Bolivia; sus miembros eran el profesor Dr. Hans Ludendorff,
director del Observatorio Astronómico y Astrofísico de Potsdam, el profesor Dr.
Arnold Kohlschütter, director del Observatorio Astronómico de Bonn y astrónomo
honorario del Vaticano, y el Dr. Rolf Müller, astrónomo del Observatorio de
Potsdam. Ellos tomaron medidas e hicieron observaciones en Tiahuanacu entre
noviembre de 1926 y junio de 1928.
Sus
investigaciones, mediciones y observaciones visuales confirmaron, en primer
lugar, que el Kalasasaya era, ciertamente, un observatorio
astronómico-calendárico. Descubrieron, por ejemplo, que en la terraza
occidental, gracias a la anchura de sus once pilares, a las distancias entre
ellos y a sus posiciones, se podían hacer mediciones precisas de los
movimientos estacionales del Sol, mediciones que tenían en cuenta las pequeñas
diferencias en el número de días del solsticio al equinoccio, de éste al
solsticio y vuelta.
Sus estudios
confirmaron además que el punto más controvertido de Posnansky era
esencialmente correcto: la inclinación en la cual se basaban los rasgos
astronómicos del Kalasasaya difería sustancialmente del ángulo de inclinación
de nuestra época. Basándose en datos que se supone arrojan luz sobre la
inclinación observada en la antigua China y en la antigua Grecia, los astrónomos
sólo pueden estar seguros de la aplicabilidad de la curva de movimientos de
ascenso y descenso para unos pocos de miles de años atrás. Por lo que el equipo
astronómico concluyó que los resultados podían indicar, ciertamente, una fecha
cercana al 15.000 a.C, pero también otra cercana al 9.300 a.C, en función de la
curva utilizada.